Lección: Números 6:22 Al 27. Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles: Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.
Referencias bíblicas: Deuter.8:18. Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.
Salmo 113:7-9. El levanta del polvo al pobre, Y al menesteroso alza del muladar. Para hacerlos sentar con los príncipes,
Con los príncipes de su pueblo. El hace habitar en familia a la estéril. Que se goza en ser madre de hijos. Aleluya.
Isaías 61:10 y 11. En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas. Porque como la tierra produce su renuevo, y como el huerto hace brotar su semilla, así Jehová el Señor hará brotar justicia y alabanza delante de todas las naciones.
Salmo 37:25. Joven fui, y he envejecido. Y no he visto justo desamparado. Ni su descendencia que mendigue pan.
Salmo 1:3. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo. Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.
Hebreos. 13:5 y 6. Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre.
Comentario general de 6:22–27. Riquezas heredadas Números.
La bendición de Aarón, el pasaje más conocido de este libro, ha estado en boca de personas que han orado a través de los siglos a medida que han ido buscando lo mejor de los regalos de Dios para sus familias y amigos.
Entonces habló el SEÑOR a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y a sus hijos, y diles: “Así bendeciréis a los hijos de Israel. Les diréis:
‘El SEÑOR te bendiga y te guarde;
el SEÑOR haga resplandecer su rostro sobre ti,
y tenga de ti misericordia;
el SEÑOR alce sobre ti su rostro,
y te dé paz.’”
Así invocarán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.
Estas palabras familiares y brillantemente sucintas se repitieron a lo largo del período bíblico, fueron importantes en la adoración judía posterior y pasaron a formar parte de la liturgia de la iglesia cristiana. El teólogo isabelino Richard Hooker citó sus magníficas palabras y el Padrenuestro como autoridades para el uso de oraciones preparadas. Consideremos el significado, el arte y el mensaje que encierran.
El significado
Esta declaración sacerdotal se centra en la bendición del pueblo de Dios, un tema que domina la historia de la Biblia desde la creación hasta la consumación. Algunas palabras en el vocabulario cristiano se suelen explotar demasiado, siendo “bendición” un ejemplo de ello. El término parece vago y ambiguo, y se resiste a una definición precisa. Con la expresión tan familiar “Que Dios te bendiga”, ¿la persona que lo dice hoy en día está expresando algo más que “Espero que te vaya todo bien”? Para los creyentes israelitas, significaba infinitamente más que eso. Para ellos, una bendición era “un acto deliberado y solemne a través del cual se transmitían ventajas específicas”. Wenham sugiere que, al igual que nuestros contemporáneos ansían alcanzar el éxito, las personas del Antiguo Testamento deseaban la bendición. Para ellos, el término tenía muchas dimensiones; lo que se tenía en mente era explícito, preciso, casi tangible.
A medida que estos viajeros israelitas iban a emprender su viaje lleno de aventuras, el mayor consuelo que podían tener era la garantía de que el Dios que no cambia les bendijera al igual que lo había hecho tan claramente con sus antepasados.
El arte
Esta oración tan lacónica está perfectamente elaborada. Sus tres líneas se presentan en medio de una estructura construida de manera hermosa, que lo presenta (22–23) y después lo desarrolla y lo concluye (27). Las tres líneas, en hebreo, van aumentando en número de palabras: 3, 5 y 7, respectivamente. El uso de las sílabas con naturalidad (12, 14 y 16) y el empleo de consonantes también va en aumento (15, 20 y 25), construyendo una consciencia de generosidad divina, que se va incrementando. Esta intensificación gradual expresa de manera literaria la idea de que Dios multiplica y acrecienta los dones.
El mensaje
Las palabras se presentan de forma que las puedan usar Aarón y sus hijos y expresan una proclamación hecha con confianza. Más que verbalizar lo que querían, exponen lo que Dios da. Al otorgar una voz elocuente a los deseos del pueblo, confirman la benevolencia del Señor. Esta declaración divina expone las facetas de una bendición divina que este pueblo necesita al emprender el viaje a través del vasto e inhóspito desierto. Se enumeran dimensiones espectaculares de la naturaleza divina en esta bendición memorable y asegura a los viajeros su riqueza espiritual.
Los dones más exquisitos de la vida sólo vienen de Dios
Sólo Dios es el Dador generoso. “El Señor te bendiga…” Aunque los sacerdotes pronunciaban la bendición, no podían otorgarla. Simplemente, eran los heraldos designados de estas realidades espirituales. Solamente el Señor es el dador y benefactor; una verdad no sólo declarada por la triple expresión del nombre divino, sino enfatizada también por la afirmación final: “yo los bendeciré”.
En una cultura consumista, el pueblo ya no confía en Dios como la fuente de los mejores dones de la vida. Nuestros contemporáneos adoran a sus deidades alternativas: el placer, las posesiones, la popularidad, el sexo, a sí mismos. Una de las agencias publicitarias más importantes del mundo afirma que las marcas “son la nueva religión. Las personas se vuelven hacia ellas para encontrar un significado”. Las marcas con más éxito son aquellas que destacan “no sólo por la calidad y fiabilidad, sino también por una serie de creencias que mantienen a toda costa”. Las Escrituras afirman que solamente Dios es la fuente de toda satisfacción y realización duradera. Los sustitutos, por muy atractivos que sean, están abocados a defraudar a los millones de personas que se aferran a ellas.
Nociones erróneas acerca de la fuente de bendición se contradicen en esta triple afirmación de “El Señor te bendiga”. La bendición no viene de los dioses idolatrados de los pueblos paganos vecinos, ni de los trucos de necromancia, ni por los actos de piedad de un hacedor de buenas obras, ni del moralista con pretensiones de superioridad, ni siquiera del sacerdote israelita benevolente. Es el Señor quien bendice, nadie más.
Él bendice la vida colectiva de su pueblo
El marco literario de la bendición (22–23, 27) está en plural y ofrece a la comunidad una referencia para esta proclamación divina. Es a los hijos de Israel (23, 27) a quienes se les asegura que “yo los bendeciré” (27). A medida que hablaban los sacerdotes, los viajeros del desierto recibían esta garantía irrevocable de que el Señor les guardaría como pueblo. Ya habían probado su bondad al bendecirles con suficientes recursos, protección física, confianza espiritual, agua abundante, comida diaria, éxito militar, apoyo pastoral e instrucción divina. Esta declaración de bendición significaba una gran seguridad al empezar su largo viaje. A medida que este llegaba a su fin, la bendición continua del Señor fue transmitida soberanamente tanto a la generación antigua como a la nueva a través de las palabras inspiradas de un adivino pagano y mercenario (22:12; 23:11, 20; 24:9).
Él suple las necesidades específicas de los individuos dependientes
Aunque el marco esté en plural, las palabras de la bendición en sí (24–26) aparecen en singular. “El SEÑOR te bendiga”, es decir, a cada uno de los israelitas. Estando rodeados de miles de peregrinos, los individuos podían sentirse perdidos en medio de la gran multitud. Con este énfasis deliberado y repetido en la naturaleza personal que presentan estas bendiciones, los viajeros no tenían razón para dudar de que el Dios amante se preocupaba por cada uno de ellos.
Sus dones son innumerables y están asegurados
“El SEÑOR te bendiga”. Para la mente de los hebreos, la palabra “bendición” era verdadera y específica, una gran reserva de preciados dones que el dinero no podía comprar. Incluía tesoros como el amor humano, el regalo de los hijos, el gozo de vida en familia, el deleite del hogar y la seguridad de las cosechas abundantes. No eran merecedores de la inmensurable grandeza de la bondad divina, pero sus necesidades eran suplidas por la generosidad sin par, no como premio a su inquebrantable devoción.
Él es nuestro guardador fiable en tiempos difíciles
“El SEÑOR… te guarde”. Él era su defensor omnipotente. El camino que tenían por delante estaba repleto de peligros, pero mientras esperaban en Sinaí, Dios les garantizó su protección: “He aquí, yo enviaré un ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te traiga al lugar que yo he preparado”, la misma palabra que en esta bendición para un pueblo temeroso. Es la palabra que utilizó Josué cuando pedía a sus contemporáneos que recordaran que solamente el Señor había sido su fiel guardador: “Nos guardó por todo el camino en que anduvimos y entre todos los pueblos por entre los cuales pasamos”.
Él se deleita en su relación personal con nosotros
“… el SEÑOR haga resplandecer su rostro sobre ti”. El rostro resplandeciente indicaba un placer supremo. Encontramos palabras idénticas con frecuencia en boca de los salmistas de Israel, al desear una comunión íntima con Dios.
En el campamento, un israelita conocía el rostro resplandeciente de Dios por experiencia personal. Al estar en íntima comunión con Dios durante el tiempo en Sinaí, frecuentemente salía de su presencia divina con la gloria divina reflejada en su propia cara. Los israelitas vieron que “la piel de su rostro resplandecía”. Esta bendición sacerdotal anticipaba el tiempo en el que no sólo Moisés, sino todo aquel que reciba la bendición de Dios, verá el “rostro iluminado” de la aprobación de Dios, experimentará su presencia y reflejará su resplandor163 en su vida diaria.
Promete perdonar nuestros pecados, porque conoce nuestra debilidad
“… el SEÑOR… tenga de ti misericordia”. La palabra misericordia recuerda el momento en el que, solamente unos meses antes, un hombre de oración había rogado a Dios por el perdón que necesitaba su pueblo tan desesperadamente. Habían ofendido al Señor con la apostasía del becerro de oro, pero Moisés pasó tiempo en la cima del monte, hablando con Dios “cara a cara”, “el SEÑOR descendió en la nube… mientras este invocaba el nombre del SEÑOR… ‘el SEÑOR, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y verdad’ ”. Fue en este momento cuando el rostro de Moisés se iluminó al salir de la presencia divina con la promesa de que perdonaría al pueblo.
El propio hermano de Moisés era el que había encabezado la ofensa en rebelión idólatra. Ahora lo vemos aquí, un hombre perdonado, proclamando a otros con estas palabras la misericordia abundante de un Dios perdonador que no les condenaría por esa enorme maldad (ni cualquier otra).
Su presencia garantizada desafía nuestro indigno nivel
Para poder discernir el significado exacto de la afirmación positiva alce sobre ti su rostro, quizás tengamos que reflexionar sobre la afirmación negativa “girar el rostro” o “esconder el rostro” a alguien. En otras palabras, la segunda mención del rostro de Dios quizás tenga connotaciones morales. La imagen, utilizada frecuentemente por los profetas de Israel más adelante, suscita la seria pregunta: ¿el rostro de Dios me está sonriendo o le he defraudado de alguna forma? Dios alzó su rostro en aprobación hacia Moisés al igual que lo apartaba decididamente de aquellos que le desobedecían. Pero incluso quienes le han agraviado pueden recibir perdón completo, inmediato e irrevocable si dejan atrás sus pecados. John Donne lo expresó perfectamente:
Aunque con nubes de ira disfraces tu rostro, a través de esa máscara reconozco tus ojos, que, aunque se alejan a veces, no podrán despreciar nunca.
Durante su difícil ministerio en el desierto, Moisés miraba a menudo las caras cambiantes de sus contemporáneos, pero su prioridad era asegurarse de que el rostro del Señor estaba mirando hacia él con aprobación. Si estaba agradando a Dios, lo demás no importaba.
Sus innumerables bendiciones incluyen una profunda satisfacción interior
“… el Señor… te dé paz”. Al igual que esta afirmación sacerdotal comenzó con un término global (bendecir), concluye con otra palabra hebrea (Shalom), que tiene una gran variedad de significados: no sólo salud y prosperidad, sino también bienestar y tranquilidad interior, la serenidad que viene de la seguridad de que Dios sabe y suple todo lo que sea necesario para el viaje de la vida. Esa palabra en hebreo viene de una raíz que significa “perfecto” o “completo”; se utiliza para describir pesos perfectos. Shalom significaba “el hecho de estar completo”; incluía una gran variedad de dones innumerables y ricas provisiones. Miles de nuestros contemporáneos tienen bienes materiales y seguridad económica, pero sus manos vacías se extienden para recibir más; no tienen contentamiento, satisfacción ni Shalom.
Somos de su propiedad y nos cuida constantemente
La conclusión de la bendición garantiza esa paz: “Así invocarán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré”. Poner el nombre en algo significaba marcarlo como propiedad de uno. El Señor ha puesto su nombre en el pueblo de Israel como dador bondadoso (24a), protector fuerte (24b), amigo fiel (25a), amante que perdona (25b), compañero fiable (26a), proveedor generoso (26b) y dueño exclusivo (27). El pueblo de Dios era su preciada posesión y el Señor se había propuesto suplir todas sus necesidades.
Mientras el sacerdote israelita proclamara esta bendición al pueblo, la comunidad entera estaría sostenida por estas verdades y los adoradores individuales serían animados. A través de esta majestuosa declaración pública, el que dudaba era desafiado; el ansioso, tranquilizado; el infractor, recordado del perdón que se le había asegurado; y el creyente, fortalecido.
TEXTO: «La bendición de Jehová es la que enriquece, Y no añade tristeza con ella» (Proverbios 10:22)
Comentario del texto: El v. 22 apunta al valor que no se reemplaza, la bendición de Jehovah. La presencia y el favor de Dios en la vida del individuo le entregan una riqueza íntegra desde el aspecto prudente y el moral hasta el material (ver 3:33; 5:18; 10:6). Por lo tanto, no hay consecuencias dañinas. Por supuesto el proverbio sintético no está diciendo que el hombre no debe esforzarse en su trabajo (ver 6:6–11), sino que dentro del concepto total del éxito hay que sentir la presencia y la bendición divinas. El trabajo dado por Dios como una forma de realización puede cumplir sólo lo que fue la intención original de Dios (ver Gén. 2:15–17; Éxo. 20:9).
1er Titulo: Dios instruye a su Siervo. de cómo han de bendecir a su pueblo. versículos 22 y 23. Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles. (Léase: 1ª Crónicas 23:13. Los hijos de Amram: Aarón y Moisés. Y Aarón fue apartado para ser dedicado a las cosas más santas, él y sus hijos para siempre, para que quemasen incienso delante de Jehová, y le ministrasen y bendijesen en su nombre, para siempre. ▬ Levítico 9:22. Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo, para que venga granizo en toda la tierra de Egipto sobre los hombres, y sobre las bestias, y sobre toda la hierba del campo en el país de Egipto.).
Ref. bíblica: Hebreos 5:4. «Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón».
Número 20:11. «Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias.»
1ª a Timoteo 2:7 y 8. «Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), y maestro de los gentiles en fe y verdad. Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda».
Comentario de Versículos 22-26
La Bendición Sacerdotal o Aarónica. – El carácter espiritual de la congregación de Israel culminaba en la bendición con que los sacerdotes debían bendecir al pueblo. Las instrucciones en cuanto a esta bendición, por lo tanto, imprimieron el sello de perfección sobre todo el orden y la organización del pueblo de Dios, ya que Israel primero se formó verdaderamente en una congregación de Jehová por el hecho de que Dios no solo le otorgó Su bendición. , pero puso la comunicación de esta bendición en manos de los sacerdotes, los mediadores escogidos y constantes de las bendiciones de Su gracia, y se la impuso como una parte de su deber oficial. La bendición que los sacerdotes habían de impartir al pueblo consistía en una triple bendición de dos miembros cada uno, que estaban relacionados entre sí así: La segunda en cada caso contenía una aplicación especial de la primera al pueblo, y las tres gradaciones desplegó la sustancia de la bendición paso a paso con un énfasis cada vez mayor. – El primero (Números 6:24), “Jehová te bendiga y te guarde”, transmitió la bendición en la forma más general, simplemente describiéndola como proveniente de Jehová, y exponiendo la preservación de la maldad del mundo como Su obra. “La bendición de Dios es la bondad de Dios en acción, por la cual una provisión de todo bien se derrama sobre nosotros de Su buen favor como de su única fuente; luego sigue, en segundo lugar, la oración para que Él guarde al pueblo, lo que significa que sólo Él es el defensor de la Iglesia, y que es Él quien la preserva con su cuidado guardián” (Calvino). – El segundo (Números 6:25), “Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia”, define más de cerca la bendición como la manifestación del favor y la gracia de Dios. El rostro de Dios es la personalidad de Dios vuelta hacia el hombre. Del rostro de Jehová sale fuego, y consume al enemigo y a los rebeldes (Levítico 10:2, cf. Números 17:10; Números 20:3; Éxodo 13:22; Salmo 34:17), y también un sol que brilla con amor y lleno de vida y bien (Deuteronomio 30:20; Salmo 27:1; Salmo 43:3; Salmo 44:4). Si “la luz del sol es dulce y agradable a la vista” (Eclesiastés 11:7), “la luz del rostro divino, la luz eterna (Salmo 36:10), es la suma de todo deleite” (Baumg.). Esta luz envía rayos de misericordia a un corazón necesitado de salvación y lo convierte en receptor de la gracia. – La tercera (Números 6:26), “Jehová alce Su rostro hacia ti, y ponga (o te dé) paz” (bien, salvación), presenta la bendición de Dios como una manifestación de poder, o una obra de poder sobre el hombre, cuyo fin es la paz ((shalom)), la suma de todo el bien que Dios establece, prepara o establece para Su pueblo. אל פּנים נשׁא, levantar el rostro a cualquiera, equivale a mirarlo, y no difiere de עינים נשׁא o שׂים (Génesis 43:29; Génesis 44:21). Cuando se afirma de Dios, denota Su obra providencial sobre el hombre. Cuando Dios mira a un hombre, lo salva de sus angustias (Salmo 4:7; Salmo 33:18; Salmo 34:16). – En estas tres bendiciones, la mayoría de los padres y teólogos anteriores vieron una alusión al misterio de la Trinidad, y basaron su conclusión, (a) en la triple repetición del nombre Jehová; (b) sobre la ratio praedicati, que Jehová, por quien se desea e imparte la bendición, es el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; y (c) sobre el differentorum benedictionis membrorum consideratio, según el cual se mencionan los «bis» trina beneficia. Hay verdad en esto, aunque los fundamentos asignados parezcan defectuosos. Así como la triple repetición de una palabra o frase sirve para expresar el pensamiento con la mayor fuerza posible (cf. Jeremías 7:4; Jeremías 22:29), la triple bendición expresó de la manera más incondicional el pensamiento que Dios otorgaría a su congregación toda la plenitud de la bendición contenida en Su Ser Divino que se manifestó como Jehová. Pero el nombre Jehová no solo denota a Dios como el Ser absoluto, quien se reveló como Padre, Hijo y Espíritu en el desarrollo histórico de Su propósito de salvación para la redención del hombre caído; pero la sustancia de esta bendición, que Él hizo pronunciar sobre Su congregación, desplegó la gracia de Dios en la triple forma en que nos es comunicada a través del Padre, el Hijo y el Espíritu.
(Nota: Véase la admirable elaboración de estos puntos en la exposición de Lutero sobre la bendición. Lutero se refiere a la primera bendición como “la vida y el bien corporales”. La bendición, dice, deseaba para el pueblo “que Dios les diera prosperidad y todo bien, y también guardarlos y preservarlos “. Esto se lleva a cabo aún más, de una manera correspondiente a su exposición del primer artículo. La segunda bendición se refiere a “la naturaleza espiritual y el alma”, y observa: “Así como el sol, cuando sale y difunde su rica gloria y su suave luz sobre todo el mundo, simplemente levanta su rostro sobre todo el mundo… así que cuando Dios da Su palabra, Él hace que Su rostro brille clara y gozosamente sobre todas las mentes, y los hace alegres y ligeros, y como corazones nuevos y hombres nuevos, porque trae el perdón de los pecados, y muestra a Dios como un Padre clemente y misericordioso, que se apiada y se compadece de nuestro dolor y tristeza. naturaleza y el alma, y es un deseo de con soledad y victoria final sobre la cruz, la muerte, el diablo y todas las puertas del infierno, junto con el mundo y los malos deseos de la carne. El deseo de esta bendición es que el Señor Dios levante la luz de Su palabra sobre nosotros, y así la mantenga sobre nosotros, para que pueda brillar en nuestros corazones con la fuerza suficiente para vencer toda la oposición del diablo, la muerte, y pecado, y toda adversidad, terror o desesperación”).
2° Titulo: Bendición de Dios que enriquece completamente nuestra vida. Versículo 24 al 26. Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. (Léase: Éxodo 23:25. Mas a Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti. ▬ Salmo 121:7 y 8. Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre.).
Ref. bíblica: Deuteronomio 7:12-14. «Y por haber oído estos decretos y haberlos guardado y puesto por obra, Jehová tu Dios guardará contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres. Y te amará, te bendecirá y te multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu mosto, tu aceite, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría. Bendito serás más que todos los pueblos; no habrá en ti varón ni hembra estéril, ni en tus ganados.»
Isaías 33:16. «éste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras»
Salmo 23:1-6. «Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.»
Comentario de Número 6:24-26: Aunque la palabra “bendición” es relativamente amplia en significado, tenía una connotación bastante especifica en el Antiguo Testamento. Dios bendecía a Su pueblo dándole hijos, propiedades, tierra, salud y, sobre todo, Su Presencia (Gn. 17:16; 22:17; Lv. 26:3-13; Dt. 28:2-14; cf. Sal. 121; 1 P. 1:5). Esta bendición de Números, impartida por los sacerdotes al pueblo, consistía en realidad de una triple bendición, cada una con dos partes, donde la segunda parte representaba una aplicación especial de la primera.
▬ 1.- “Yahweh te bendiga y te guarte” (v.24): es la bendición en términos generales, señalando de manera especial su origen en Yahweh, y subrayando Su protección contra el mal.
▬ 2.- “Yahweh haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia”: define la bendición más estrechamente como la manifestación del favor y la gracia de Dios. Esta vivida imagen significa que, cuando Dios “sonríe” sobre su pueblo, éste puede estar seguro de que el Señor actuará con gracia, es decir, que lo liberará de sus problemas; contestará sus oraciones y lo salvará de sus enemigos, enfermedades y pecados (Sal. 4:1; 6:2; 41:4; 51:1). En palabras del Dr. Keil:
El rostro de Dios es su personalidad vuelta hacia el hombre. El fuego se aparta del rostro de Yahvé, y consume al enemigo y a los rebeldes (Lv. 10:2; cf. 17:10; 20:3; Ex. 14:24; Sal. 34:17), y también una luz solar brillante con amor y llena de vida y bien (Dt. 30:30; Sal. 27:1; 20:3; 44:4). Si la luz del sol es dulce, y agradable para los ojos (Ec. 11:7), la luz del rostro divino, la luz eterna (Sal. 36:10), es la suma de toda delicia.”
▬ 3.- “Yahweh alce sobre ti su rostro, y te de paz”: presenta la bendición de Dios como una obra de poder sobre el hombre, cuyo propósito es traer paz. “Cuando Dios mira al hombre, lo salva de su aflicción (Sal. 4:7; 33:18; 34:16)”49. Significa, en definitiva, que pondrá atención a sus ruegos (Gn. 43:29; Sal 4:6; 34:15), lo librará y lo llevará al reposo (“paz”), que en general se entendía en el contexto del antiguo Israel como prosperidad, salud, salvación, abundancia y bienestar.
3er Titulo: El Nombre del Dios eterno, exaltado sobre los hijos de Israel. Versículo 27. Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré. (Léase: Salmo 46:10 y 11. Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra. Jehová de los ejércitos está con nosotros; Nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah; ▬ Salmo 108:5. Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios, Y sobre toda la tierra sea enaltecida tu gloria.).
Ref. Bíblica: Malaquías 1:11. Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a mi nombre incienso y ofrenda limpia, porque grande es mi nombre entre las naciones, dice Jehová de los ejércitos.
Isaías 6:3. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.
Efesios 1:3-4. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él
Comentario de Versículo 27
Sin embargo, esta bendición no debía quedarse en un mero deseo piadoso, sino manifestarse en el pueblo con todo el poder de una bendición de Dios. Esta seguridad cierra el mandato divino: “Pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré”.
Amén, para la honra y gloria de Dios.
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